lunes, 29 de septiembre de 2014

Después de Babel. El sueño de Juan Régulo Pérez. Exposición hasta el 24 de octubre

Después de BABEL. El sueño de JUAN RÉGULO PÉREZ

-Casa de la Cultura, Villa de Garafía, Sábado 27 de Septiembre de 2014, al viernes 24 de Octubre-

            Artistas: José DARIAS, Miguel Ángel DÍAZ PALAREA, Serafín DOPAZO, Alexej DVORAK, Pedro FAUSTO, Alfonso GARCÍA, Francisco de Asís LEAL PÁEZ, Medín MARTÍN , Lorenzo PADRÓN y Dácil TRAVIESO.Comisario de la Exposición: Celestino Celso Hernández


            En la vida de toda persona existe algún suceso o acontecimiento, que han ejercido gran influencia en su vida, o incluso ha llegado a ser determinante en su existencia. En la biografía del protagonista de esta exposición, Juan Régulo Pérez, uno de los grandes personajes nacidos en la Villa de Garafía, no iba a faltar tampoco algún momento de especial trascendencia, en lo personal como en lo profesional. Hemos escogido, en su caso, el episodio en el que Juan Régulo se ve forzado a dejar su Cueva de Agua natal, para trasladarse con su madre y su hermano Francisco, camino de Santa Cruz de La Palma, en busca de unas oportunidades, que en su pueblo de origen tenía fuera de todo alcance. Seguimos el relato del propio protagonista, recogido en su discurso de aceptación del nombramiento como Hijo Predilecto de la Villa de Garafía, el 13 de septiembre de 1985, en el Ayuntamiento de este villa, que además le dio su nombre a una calle de Santo Domingo. Dijo entonces Juan Régulo: “Hace ahora poco más de sesenta años, en 1924, mi madre, mi hermano Francisco y yo salimos del pago de Cueva de Agua y por el camino de la cumbre nos dirigimos a pie a Santa Cruz de La Palma. Por todo capital mi madre llevaba un billete de veinticinco pesetas; eran pesetas de 1924, sí: pero eran sólo veinticinco. Por ropa, solamente la puesta. Caminábamos sin tener un sitio fijo adonde ir. Había en mi madre una pulsión instintiva; una fuerza, como la de las aves migratorias, que la empujaba a salir de la angustia vital de Cueva de Agua, en pos de algo, incierto y desconocido, pero imaginado mejor; instintivamente subyacía en mi madre un lugar soñado, al que había de ir, por el futuro de sus hijos”. La narración nos muestra el dramatismo que debió representar aquél momento, de 1924, en un niño de diez años, no sólo por lo que supone toda emigración, obligada por las circunstancias, sino también ante la incertidumbre de una nueva etapa, que a la postre, y tras enorme esfuerzos, personales y familiares, le conducirían a alcanzar altos logros.
            Sería prolijo dar cuenta de todos los éxitos y reconocimientos de Juan Régulo. Sí queremos dejar constancia, al menos, de su aportación y méritos en su defensa de una lengua universal, pues es motivo principal de la presente exposición, junto con la celebración del centenario de su nacimiento. Régulo inició sus estudios de Esperanto en el año 1931, más tarde destacado profesor y editor, siendo nombrado en 1933, hasta el final de sus días, Delegado General, y también Delegado profesional para Filología Románica, de la Universala Esperanto Asocio. Juan Régulo recogía el testigo del creador del Esperanto, el oftalmólogo y filólogo polaco Luis Lázaro Zamenhof, que hizo pública la primera gramática esperantista en Varsovia, el mes de julio de 1887. La labor de nuestro personaje, en la enseñanza y difusión del esperanto, sobre todo en sus islas Canarias, tuvo nuevo reconocimiento en 1954, año en el que se convirtió en miembro de número de la Akademio de Esperanto, en 1963 miembro de honor del Hispani Esperanto Instituto de Barcelona, en 1969 Presidente de honor de la Sociedad esperantista de Tenerife, en 1983 Secretario de la Jugkomisiono de los premios de la Fundación ‘Antoni Grabowski’, y en julio de 1984 Honora Membro de Universala Esperanto-Asocio, elegido en el 69 Congreso Universal de Esperanto.
            Con la muestra ‘Después de Babel. El sueño de Juan Régulo Pérez’, un grupo de diez artistas, a los que me ha correspondido el honor de comisariar, nos sumamos a la celebración del centenario de este destacado profesor, investigador y filólogo. El título refleja, de entrada, el planteamiento de la exposición, bajo el que fueron convocados la decena de artistas participantes. Transmitimos a los artistas el papel destacado de nuestro personaje, en la búsqueda de una lengua de entendimiento común, dando al mismo tiempo la oportunidad para que pudiesen interesarse también por los orígenes de Juan Régulo, en el barrio de Cueva de Agua y la Villa de Garafía. A fin de cuentas, es el centenario de su nacimiento lo que nos ha convocado, y lo que celebramos.
            Respecto al tema central, sobre el que giran la mayoría de las obras de esta muestra, la creación de un idioma común, el Esperanto, tomamos como punto de partida la tradición bíblica, en la que se recoge cómo los seres humanos dejaron un día de entenderse, en una lengua común. Según la tradición, primero judía y más tarde también cristiana, Dios Padre dividió a los seres humanos en múltiples lenguas, que les impedían entenderse entre ellos, por haber osado realizar una enorme torre, la mítica Torre de Babel, que llegara hasta el cielo. Su narración y posterior sentencia se pueden leer en el Antiguo Testamento, libro de ‘El Génesis’, Capítulo 11. De ahí el título de la exposición, lo que vino después de que los humanos construyesen la Torre de Babel, y andando los siglos, el sueño al que se sumó Juan Régulo Pérez, que los humanos volviesen a contar con un idioma común, que les permitiera comunicarse.
            José Juan DARIAS aporta dos obras, de su serie ‘Torremundo’, que encajan de modo adecuado en esa relación y comunicación de todos los pueblos, que es aspiración mayoritaria. Miguel Ángel DÍAZ PALAREA, tristemente fallecido, lo tenemos en esta muestra con alguna de sus obras de múltiples rostros coloristas, que parecen entenderse pese a la impresión de que todos comunican al mismo tiempo. Serafín DOPAZO aporta dos obras, en lápiz a color sobre papel, de este año 2014, y pertenecientes a su serie ‘Genealogía del color’. Alexej DVORAK ha tenido la deferencia de dedicar uno de sus personalísimos retratos a nuestro homenajeado, Juan Régulo Pérez. Pedro FAUSTO nos regala alguno de sus personales retratos infantiles, en los que el libro tiene un papel destacado, exponiendo también alguno de los paisajes de las calles de Santo Domingo de Garafía. Alfonso GARCÍA aporta varias de sus esculturas, en particular de la serie Viajes, que veíamos adecuada al propósito de la muestra, en la que recoge el bagaje de su paso por múltiples ciudades y pueblos, unido a alguna escultura de factura más reciente. Francisco de Asís LEAL PÁEZ se suma con algunos de sus conocidos dibujos, en este caso dedicados a lugares de Garafía, la villa natal de Juan Régulo. Medín MARTÍN ha realizado dos piezas expresamente para esta propuesta expositiva, en un formato bidimensional, que él también ha trabajado, junto a su mayoritaria producción escultórica. Juan Lorenzo PADRÓN añade dos acrílicos sobre chapa marina, del año 2012, que representan interiores de sencillas casas populares. Por último, Dácil TRAVIESO ha creado, también expresamente para la exposición, una ‘Torre de Babel’, en madera patinada, del presente año 2014, a lo que ha unido una pieza en hierro y mármol travertino, de los años 90, junto con una composición en arpillera y papel secante, con acuarela y tinta, representación de tapices antiguos, perteneciente a su serie ‘Paleografía’.
            Esta exposición, homenaje a Juan Régulo Pérez, tiene vocación de itinerancia, a partir del lugar que le vio nacer, la Villa de Garafía, y en donde vivió con su madre hasta la edad de diez años. Nuestro deseo es continuar en Santa Cruz de La Palma, ciudad en la que realizó sus primeros estudios y en la que residió desde 1924 hasta 1941. El recorrido de la exposición debe concluir en la ciudad de La Laguna, en Tenerife, a la que se trasladó el año 1941, y en la que completó sus estudios, desarrolló su amplia y destacada labor docente, en la Universidad de La Laguna y dio definitivo impulso al conocimiento y difusión del esperanto. En La Laguna, que le nombró Hijo Adoptivo, el 2 de marzo de 1984, y que le dedicó una calle, el 26 de octubre de ese mismo año, residió Juan Régulo hasta su fallecimiento, el 27 de enero de 1933.
            Nosotros, los artistas y yo mismo, como comisario de la exposición, hemos dado el primer paso, presentado la muestra donde primero había que hacerlo y en donde era imprescindible presentarla, su villa natal de Garafía. Ahora corresponde a otros, como el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, el Cabildo de La Palma, la Real Sociedad Cosmológica, y a continuación el Ayuntamiento de La Laguna y la Universidad de La Laguna, dar continuidad a este sueño, en interpretación artística, de nuestro gran filólogo e investigador Juan Régulo Pérez. Por parte de los artistas y este comisario no va a quedar, para que sea una realidad dentro de este mismo año, celebración del centenario del nacimiento de don Juan Régulo.

De izda. a dcha., VicePresidenta de La Cosmológica, Clara Régulo (hija de don Juan), Presidente de La Cosmológica, Pedro Fausto, Alfonso García, Francisco de Asís, Alexej Dvorak y Celestino Celso Hdez.

De izda. a dcha., Pedro Fausto, Alfonso García, Francisco de Asís, Alexej Dvorak, Celestino Celso Hdez y Cecilia Rguez. (Técnica de Cultura del Ayuntamiento de Garafía)

Celestino Celso Hdez junto a Alfonso García, delante de sus esculturas en la exposición 'Después de Babel. El sueño de Juan Régulo Pérez', en la Casa de la Cultura de Santo Domingo, Villa de Garafía, isla de La Palma

jueves, 25 de septiembre de 2014

CONRADO DÍAZ RUÍZ en Arte Galería. Espacio Abierto

Santa Cruz de Tenerife, Calle Callao de Lima 39, hasta el 13 de octubre

Texto de presentación de la exposición, de título 'Visiones relacionadas', a cargo de Celestino Celso Hernández


Las ‘Visiones relacionadas’, de Conrado Díaz, en Arte Galería

Celestino Celso Hernández  

         Conrado Díaz Ruiz nos invita a su más reciente producción de obras, en ‘Arte Galería. Espacio Abierto’, que presenta  en una exposición individual, con el título de ‘Visiones relacionadas’. Conrado nació en esta ciudad de Santa Cruz de Tenerife, el 16 de octubre del año 1965, si bien desde ya algunos años reside y trabaja en el sur de la isla, en Adeje.
         Conrado viene avalado por una encomiable formación, que ha ido ampliando, desde que realizó los estudios superiores, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, entre los años 1984 y 1989. De ese tiempo, el propio artista destacada el aprendizaje obtenido de profesores como Pedro González, Maribel Nazco y Miguel Arocha, así como el ambiente compartido con compañeros, que al paso del tiempo han llegado a destacar en el ámbito del arte y la docencia, en Canarias. A unos y a otros les reconoce que han marcado e influido en su vida y en su obra. Conrado señala también el año 1987, aún en periodo de formación, como la fecha de inflexión en la que sería su futura trayectoria, tras haber acudido a la feria de arte ARCO, en Madrid, haber visitado los más destacados museos de arte madrileños, y sobre todo haber entrado en contacto con el pintor Antonio Lorenzo, con motivo de unos talleres internacionales de artes plásticas. Fue el año, además, en el que alcanzó el primero de los muchos premios, que ha ido obteniendo por su obra. Este momento destacado en la formación de Conrado tendría su álgido, un año más tarde, en 1988, fecha en la que presentó su primera exposición individual, en el Círculo XII de Enero, también de Santa Cruz, y sobre todo, en lo personal, porque a partir de ese año pasó a compartir su vida con la que es su compañera, Freya Jaén, que lo había sido antes, de estudios, en la Facultad de Bellas Artes.
         Justo al año siguiente, Conrado reconoce una primera etapa, en su trayectoria, dominada por la abstracción. Fue ese año, 1989, en el que tuve mi primer conocimiento de Conrado Díaz, a raíz de un taller impartido por el pintor Gonzalo González, en el marco de la programación cultural paralela al VIII Festival de Cine Ecológico de Canarias, en Puerto de la Cruz, de la que yo era responsable. El citado taller tuvo una amplia aceptación, y el desarrollo del mismo alcanzó un alto nivel, hasta el punto que, con el paso de los años, los artistas, entonces alumnos de Gonzalo, lo han ido destacando en sus respectivas biografías.

         Ha transcurrido un cuarto de siglo. En ese tiempo, ya considerable, he vuelto a encontrarme con Conrado, unas veces como compañero docente, otras como jurado, en mi caso, de algún premio de arte en el que él participaba, y también tras haber sido invitado a alguna de la quincena de exposiciones individuales y casi cincuentena de colectivas, que ha protagonizado en estos veinticinco años. Las circunstancias de su trayectoria artística, profesional, y sobre todo familiares, de las que no es cuestión hablar ahora, no han sido precisamente fáciles para Conrado. Sin embargo, tenemos una certeza, y es que Conrado no ha dejado de trabajar en su obra, como no ha dejado de acudir a nuevos talleres, para mejorar su formación, y continuar dando impulso, una y otra vez, a su obra.
         En este final de verano de 2014, Conrado Díaz Ruiz nos presenta un trabajo artístico, en el que se recrea en un tema, sobre todo, que ha ido desarrollando desde hace ya cierto tiempo, y al que ha llegado a extraerle buenos resultados, el retrato. Aquí tenemos retratos de niños y de niñas, con la frescura de sus rostros, y los detalles de sus sensaciones e impresiones, o fruto del instante en el que pasaron, o posaron, ante la retina del pintor. Retratos de jóvenes y también de personajes, en los que el paso del tiempo ha dejado la marca de alguna huella en sus rostros. Retratos, igualmente, que en varias de sus obras confluyen, en el mismo plano del lienzo, y al mismo nivel, con escenarios, o paisajes urbanos, como ese rostro de una joven, junto al que queda reseñada la ‘Churrería Chocolatería La Madrileña’. También, esa otra estampa, de la Avenida 3 de Mayo de Santa Cruz de Tenerife, en una vista que desciende hacia la línea costera, con el primer rascacielos santacrucero a la izquierda, y en la que vuelve a aparecer el rostro de una joven, ahora a la izquierda, añadiendo un florero, en primer plano, a la derecha, con una rosa roja, cual ofrenda.
         Habrá quienes encuentren referencias, en obras como ésta, a las grandes vistas urbanas madrileñas de Antonio López. Y no se equivocarían, ya que es el propio artista, Conrado, quien se confiesa admirador de la obra del manchego, además de haber acudido a su taller, con el fin una vez más de ampliar su aprendizaje. Sí debemos dejar anotado, sin embargo, que Conrado realiza su propia apuesta, en composiciones de su propio cuño. Una muestra de ello la tenemos en esa otra composición, con un bodegón en primer plano, que incluye los ingredientes para una buena merienda, apareciendo botes con aceitunas, o una hermosa pata de jamón serrano. Al fondo podemos descubrir la estela del edificio de Telefónica, en la Gran Vía madrileña, que encontramos igualmente en composiciones de Antonio López, como el óleo ‘Gran Vía, 1 de agosto, Siete Quince mañana’, corrigiendo por parte de Conrado el punto de vista, más hacia la izquierda, de modo que la victoria alada, que corona el emblemático edificio ‘Metrópolis’, también de la Gran Vía, queda ahora a la derecha.

         Es así como Conrado se atreve, además, con composiciones que nos llevan a un género fantástico, de tal modo que coinciden en el mismo plano un paisaje urbano, al fondo, y flotando sobre él una tortuga, escapada de su entorno marino, y también flotando, a la par, esta vez viajando por un entorno aéreo, una dama con paraguas, cual Mary Poppins, que ha hecho un paréntesis de un musical de Walt Disney. La tortuga vuelve a estar presente en otra obra, y a escaparse, esta vez de un montón de libros, cobrando vida a partir de los cuentos, en un retrato de un personaje masculino, que mira de reojo desde la esquina inferior izquierda.
Conrado acomete múltiples escenarios y orientaciones temáticas, como ese ojo que todo lo ve, en la pared curvada de un andén del metro, sospechamos que de esa otra ciudad a la que suele acudir, Madrid. ¿Quién de nosotros pudo escapar a la historia de un ojo que todo lo ve, y del mensaje sobre la pérdida de la libertad individual, ante el control imparable del sistema, recogida por George Orwell en su novela ‘1984’? Hay composiciones de Conrado Díaz en las que incluso se sumerge, no ya en el paisaje urbano, fijando su mirada en una fachada, o en una ventana, sino también en el subsuelo de ese paisaje, al que nos permitirá acceder, previo abrir el candado de acceso, que nos permitan descubrir los secretos que están más adentro, más abajo, en el subsuelo como en el subconsciente. Este planteamiento compositivo lo podemos encontrar en nuestro gran artista canario del siglo XX, el surrealista Oscar Domínguez, y su óleo ‘Cueva de guanches’. Tal vez Conrado haya querido hacerle un guiño, y dar continuidad además a esa estética surrealista, con la que tanto se suele identificar a muchos artistas canarios.
         Con ‘Visiones relacionadas’, Conrado Díaz Ruíz nos recupera, en suma, esa fecunda tradición del ‘Nuevo Realismo’ madrileño y andaluz, de los años sesenta de la pasada centuria, con artistas como Amalia Avia, los hermanos Julio y Francisco López Hernández, Isabel Quintanilla, así como otros más como Carmen Laffón, Cristóbal Toral y José Hernández, y a la cabeza de todos ellos el ya mencionado Antonio López García. Tal vez resulte hasta gratificante contemplar un trabajo artístico, que al menos sea resultado de la constancia y del buen hacer, sobre todo en momentos, como el presente, en el que tanto se tantea. Y no es que esté mal probar y experimentar, todo lo contrario, pero sí puede resultar un cierto fiasco cuando los sucesivos intentos se quedan sólo en eso, y en estar más pendientes de seguir al día, según lo que marquen los mercados, o los divulgadores, como si de un producto comercial más se tratara. Con la obra que presenta Conrado tenemos un convencimiento, que los amantes del arte no saldrán decepcionados, y habrán podido respirar, durante su visita, lo que uno espera encontrar cuando accede a una galería de arte, un buen trabajo artístico, al menos una bocanada de arte.


De izda. a dcha., Conrado Díaz Ruíz, María del Mar Díaz Puga, y Celestino Celso Hernández

De izda. a dcha., Tere, Serafín, Alfonso, Carlos, Celestino-Celso, María del Mar, Conrado, Freya, Dácil, y Airam