sábado, 1 de agosto de 2015

Desacertadas incorporaciones escultóricas en carreteras de La Palma

DESACERTADAS INCORPORACIONES ESCULTÓRICAS EN CARRETERAS DE LA PALMA
El caso de una obra en el acceso a la Cueva de la Zarza

En nuestro desplazamiento por carreteras de La Palma hemos podido ser testigos de varias incorporaciones escultóricas penosas, en los bordes de distintas vías y carreteras de La Palma.

En algunas de ellas ni siquiera se ha tenido en cuenta que eran obras para ser colocadas en exterior, y que por lo tanto se debía pensar, entre otras cosas, en los materiales y la resistencia de los mismos ante los elementos de la propia naturaleza. Tal es así que alguna de ellas apenas ha resistido el paso del tiempo, como es el caso de una obra a la entrada del túnel que atraviesa la cumbre de la isla, en la dirección desde El Paso a Santa Cruz de La Palma. Tirada olímpicamente en el suelo ofrece un aspecto lamentable en una isla en la que resaltan muchos aspectos destacables, no precisament este. La sensación es que se tuvo mucha prisa en realizarla, en incorporarla a algún proyecto de obras públicas, de algún Ministerio o Consejería, y desde luego en cobrar, desconocemos cuanto, pero nos tememos que bastante.


Como son varios los casos, que habría que comentar, como el ya señalado, nos vamos a detener esta vez en uno que se encuentra, también al borde de la carretera, en el acceso a un lugar emblemático de la isla, como es el complejo arqueológico de la Cueva de la Zarza, en la Villa de Garafía. Según hemos podido informarnos esta es una intervención a cargo del Cabildo de La Palma, y en particular de la Consejería de Obras Públicas, según nos comentaron. Y ahí surgen nuestras primeras preguntas: ¿qué criterio y recorrido se siguieron para el encargo de esta escultura?, ¿se contó con algún asesoramiento, bien de comisión constituida, o de algún experto?, ¿se indicó a la persona elegida, del modo que fuere, y con las razones que se tuvieran, que la intervención iba a tener lugar en un lugar con una importante carga cultural, como es uno de los complejos arqueológicos más importantes de la isla?, ¿acaso se recurrió a alguna obra ya realizada, como nos han igualmente sugerido, y se puso en este lugar, como se podía haber puesto en cualquier otro, y como de hecho parece, según nuevas informaciones, no se puso, porque la rechazaron en algún otro lugar, que se intentó ubicar?.

A primera vista, sin necesidad de disponer de información previa alguna, ni siquiera conocimientos especiales, cualquier persona puede deducir que esta es una obra que podría acompañar un museo o un lugar arqueológico relacionados con las culturas prehispánicas, sí, pero de centroamérica, o también del mundo egipcio, e incluso de oceanía, pero en ningún caso de este lugar arqueológico de los auaritas o benahoaritas. Al contrario, al estar colocada en un lugar arqueológico puede conducir perfectamente, a cualquier visitante que no tenga información previa sobre los antiguos pobladores de la isla, a confusión, sobre el aspecto que pudieran tener, o como podrían ser los habitantes prehispánicos de La Palma.

Aquí hay algo, por lo tanto, que no encaja, y por ello mismo, consideramos que sería oportuno el cambio de ubicación de esta escultura, que si fue ya abonada, como imaginamos, y por tanto pertenece al patrimonio insular, se ubique en otro espacio, en el que no ofrezca la confusión que sin duda alguna presenta en este sitio. Es más, hemos recibido así mismo algunas informaciones de alguna posible actuación en su entorno. Ocasión que esperamos que el Cabildo aproveche para retirar esta obra y llevarla a otro lugar, en el que no ofrezca esas confusiones a los visitantes. La Cueva de La Zarza, los auaritas se merecen un respeto, por muchos compromisos que haya podido haber previamente. Sin molestar ni a quien la realizó, ni a quien la encargó, se le busca una nueva ubicación, en la que no se produzca esa confusión, y saldremos todos ganando.

Tuvimos interés en pararnos y analizar la obra, fijándonos incluso en algunos de sus detalles, sin embargo nos llamó la atención que no encontramos la firma de su autor por ningún lado, cuestión que es bastante llamativa. Imaginamos que su autor estará muy satisfecho de lo realizado, y por tanto no parece lógico que no la haya firmado, como se suele hacer habitualmente. Aún así, nuevas informaciones nos han facilitado que su autor es Jorge Beda. Hemos acudido a internet, pues reconocemos que no teníamos información alguna de este escultor. Y en internet hemos comprobado que este escultor cuenta con una página, o más exactamente blog propio. En él, efectivamente hay constancia de la obra del autor a que hacemos referencia, y también de la obra en cuestión.

Jorge Beda Morcillo Juliani, su nombre, nació en Reinosa, Santander, el año 1963. Y en cuenta a la obra, a la que venimos haciendo mención, aparece efectivamente citada en el apartado 2 de su curriculum, titulado "Obra escultórica", y en concreto en el apartado 2.3, titulado "Monumentos y esculturas en espacios públicos". Aquí hemos podido comprobar que, después de una decena de actuaciones en Madrid, a partir del año 1998, en La Galga, inicia otras tantas intervenciones en la isla de La Palma, e incluso más, hasta un total de once esculturas o monumentos, hasta el año 2014, última anotación recogida en el curriculum. Sus actuaciones escultóricas están repartidas por prácticamente toda la geografía de La Palma, desde Puntallana, ya citada, a Tijarafe, Santa Cruz de La Palma, Fuencaliente, San Andrés y Sauces y la Villa de Garafía, la obra de la Zarza.

Jorge Beda titula su obra para La Zarza como "Atlas o La Cabeza del Mago", en piedra volcánica tallada y mampostería de piedra, fechada en el año 2014, al menos en el curriculum. Sinceramente, ya el propio título nos sorprende, pus muy poco pensamos que tenga que ver la figura mitológica griega de Atlas, o Atlante, con la cabeza de un mago. Decimos de un mago, pues si bien su título dice "La Cabeza del Mago", no vemos indicación alguna que se refiera a un mago de Garafía, o a cualquier mago de la isla de La Palma. Queremos pensar que el tocado de la figura no se referirá en ningún caso a la prenda con la que se solían cubrir los campesinos de la isla, y que siguen portando los componentes masculinos de los grupos folklóricos de la isla. Si esa hubiese sido la intención, al tratarse de una escultura figurativa, los modelos hubiesen sido bastante fácil de localizar y por consiguiente de interpretar.En cuanto al titán Atlas, hijo de Jápeto y la ninfa Climene, al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros los pilares que sostenían a Gea, es cierto que ha dado nombre a una cadena montañosa que conocemos precisamente como Atlas, relativamente cercana a nuestra geografía, y con antecedentes culturales en un pueblo hermano, como el bereber, y que incluso tiene que ver etimologicamente con el nombre del mar que rodea nuestras islas, el Atlántico.
Aún así, la ubicación específica, junto a un lugar arqueológico preciso y destacado, nos lleva a pensar en una interpretación más libre, incluso de corte abstracto, o en todo caso, de elegirse una versión figurativa, como es el caso, se optase por fijarse e inspirarse en los antiguos pobladores auaritas o benahoraritas, o también en el legado cultural que alberga este lugar arqueológico, los petroglifos, o grabados prehistóricos sobre las piedras de la fuente de La Zarza, y algo más arriba La Zarcita.


Echamos en falta que no se tuviese en cuenta, y se considerase, a la hora de realizar este encargo, en otros autores, que consideramos hubiesen podido realizar una aportación mucho más adecuada al motivo y al lugar de la intervención. Hacemos mención, por ejemplo, a dos escultores nacidos en la isla de La Palma, que hoy trabajan fuera de la misma, en Tenerife, y que han demostrado sus amplios conocimientos y buen hacer, tanto en el campo de la escultura, como también en el de la docencia. Hablamos de Tomás Oropesa, profesor en la actualidad de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, que cuenta además con algunas intervenciones en este tema, en concreto, de los grabados prehispánicos, junto al arqueólogo Juanjo (Tito) Valencia, que incluso recorrieron las islas, en distintas exposiciones. Y hablamos también de Julio Fernández, en estos momentos profesor de la Escuela de Arte y Superior de Diseño 'Fernando Estévez' de Santa Cruz de Tenerife. No por estar fuera de su isla de nacimiento dejan de estar unidos y vinculados a ella, por lo que estamos seguros hubiesen atendido con sumo gusto la posibilidad de actuar en un lugar como éste de La Zarza, con tanta carga cultural y de una belleza natural desbordante.

En suma, hacemos llegar nuestra reflexión al Cabildo de La Palma, y también al autor de la escultura, Jorge Beda, cuya obra no entramos a analizar específicamente, porque tal vez ni siquiera esta pensada o fue hecha expresamente para este encargo y este lugar, sino más bien por la denominación que él mismo da a su obra, y el lugar en el que ha sido instalada, para que se le busque una nueva ubicación a esta obra. Poco ayuda en este lugar en concreto, en todo caso confusión a los visitantes del lugar, y esto lo hemos podido corroborar in situ, oyendo los comentarios de varios visitantes. No es bueno para La Zarza, no es bueno para el conocimiento de nuestro pasado prehispánico, ni siquiera creemos que sea bueno para el propio escultor, que esta obra esté en concreto en este lugar. Nadie perdería porque se le buscase otro destino, y todos sin embargo ganarían en no confundir a cuantos acudan al lugar de La Zarza al encuentro con nuestro pasado de los auaritas o benahoritas.

Celestino Celso Hernández


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