lunes, 7 de mayo de 2012

Per Lillieström. Retrospectiva 1956-2012

De izda. a dcha., Sra. Cónsul de Suecia, Celestino Celso, Per Lillieström,  Adolfo Glez.


Per Lillieström. Retrospectiva 1956-2012


En la Casa de la Cultura, de Los Realejos, hasta el 18 de mayo.






El 28 de abril de 2012 se llevó a cabo, en la Casa de la Cultura, de Los Realejos, la inauguración de la exposición retrospectiva, dedicada al artista de origen sueco, Per Lillieström, que comparte con nosotros, en Tenerife, su residencia y su trabajo, desde mediados los años cincuenta. A la presentación acudió la Cónsul de Suecia en Canarias, Anne Cristin Sellis, que se trasladó para el acto desde Las Palmas. Estuvieron presentes también el Primer Teniente de Alcalde de Los Realejos, Adolfo González Pérez-Siverio, así como el artista.

Para acompañar el catálogo, que el Ayuntamiento de Los Realejos editó con motivo de esta exposición, Per Lillieström me hizo el encargo de un texto, que paso a reproducir a continuación.

PerLillieström y Celestino Celso, en la inauguración

El azar, un affaire y la nueva Balalaica de Per Lillieström

 Celestino Celso Hernández

Per Lillieström, en la inauguración de su exposición
El azar quiso que el artista sueco Per Lillieström decidiera establecer su residencia, a partir del año 1956, en la isla de Tenerife, primero en la ciudad de Puerto de la Cruz y más tarde en Los Realejos, lugar en el que continúa teniendo su taller y residencia. Un azar generado en París, en un encuentro del que fue protagonista nuestro más internacional artista, Oscar Domínguez, quien precisamente habló a Per de una tierra cálida, en la que estar libre de los rigores de inviernos, como el que les tocó vivir a ambos en la capital francesa, al mediar los años cincuenta. Fue Oscar quien también recomendaría a Per que, al llegar a Tenerife, preguntara por Eduardo Westerdahl, como la persona más adecuada para ayudarle en su trayectoria artística canaria.
Per adoptó la Casa Azul, en Puerto de la Cruz, como su primer hogar y taller en Tenerife. Fue aquí en donde vieron la luz algunas obras, que tendrían un especial protagonismo, no sólo en la producción de Per, sino también por lo que afectaría a otro artista, entonces desconocido para él. En efecto, el año 1959 Per se encontraba realizando una serie de estudios, a los que Westerdahl dio por título Nalgas azules. Se trataba de estudios de cuerpos femeninos, totalmente desnudos, presentados de un modo explícito, sorprendentes sin duda para aquellos tiempos en la isla, a los que atribuirían un componente desde luego más que erótico. Con rasgos que, de algún modo, se adelantarían al arte pop, este modo de trabajar la pintura y este planteamiento harían acto de aparición, un tiempo más tarde, por obra de otra artista, que consiguió incluso el reconocimiento que no le había sido asignado a Per. De ese mismo año 59, ya citado, es otra obra de especial referencia para Per Lilliestróm, de título Tocador de Balalaica. Se trataba de una pintura, que Per realizó como recuerdo nostálgico de una de sus estancias parisinas, y en particular de la visita al estudio del gran artista ruso Ossip Zadkin, en el que pudo compartir los aires nostálgicos del exilio ruso, incluidos los sones de la balalaica, y el encuentro sorpresa de personajes de la talla de Marc Chagall.
            Asegura Per Lillieström que, en la primavera de 1959, emprendió de nuevo camino a París, para renovar su aprendizaje en el estudio de André Lhote, y trabajar según la receta de Kandinsky, de trabajar sobre un formato pequeño, que le había enseñando Carl Palme. Y asegura también que, al partir, esa pintura de 102 x 78 centímetros colgaba sobre su cama, en una esquina de su estudio. Sin embargo, con amargura, afirma que a su retorno de la capital francesa este cuadro ya no se encontraba en su casa. Esta desaparición coincidía en el tiempo con la estancia de un colega, al que generosamente había cedido su estudio, durante su ausencia.
            El azar ha vuelto a cruzarse en el camino de Per Lillieström, transcurridos cincuenta años desde los hechos antes apuntados. Esta vez el azar vino de la mano de un buen amigo, quien señaló a Per que si había tenido oportunidad de comprobar lo que se decía de él y de su obra en Internet. Per no había tenido la ocurrencia de hacerlo, y era normal que no hubiese hecho, como es normal para un joven de hoy acudir, antes que a ningún otro lugar, a buscar cualquier información en internet. Cuando Per Lillieström vino de París a Canarias, en el 56, ni se había inventado internet, ni aún se tenía la más mínima sospecha sobre el efecto tan impactante, a nivel global, que ha llegado a tener esta nueva vía y forma de comunicación. Al final, Per buscó en internet, y otra vez el azar quiso añadir algo nuevo a su trayectoria vital y artística. Como por arte de magia, su pintura Tocador de balalaica volvía del pasado, volvía a existir ante sus ojos, aunque fuera de modo virtual. Internet le desveló a Per Lillieström que la obra que él había pintado había aparecido en la sala de subastas Bukowskis, medio siglo después de su desaparición. Con toda la razón, Per se preguntaba sobre cómo había podido producirse tal circunstancia, de modo que empezó a atar cabos, a refrescar su estupenda memoria, hasta que logró desvelar el misterio de la  desaparición de su cuadro.
            “Un affaire canallesco que se convirtió en parte de la historia del arte” es el título, que Per Lillieström ha asignado al capítulo número 17 de su autobiografía, que se encuentra redactando en la actualidad. Y en ese capítulo, Per da detallada cuenta de todo lo acontecido con su Tocador de balalaica, hasta el reencuentro con la misma, al menos de modo virtual. El azar se cruzaba una vez más en su camino, y ese mismo azar ha querido que ahora Per Lillieström, además de contar la historia, y de señalar al conocido pintor Eduardo Úrculo, como protagonista “oculto” del “affaire canallesco”, se haya reanimado y, sirviéndose de la reproducción que le ofrecía internet, ha elaborado un nuevo Tocador de balalaica. Los Realejos tendrá el privilegio de conocer, en primicia, la nueva Balalaica de Per Lillieström, también de oír de boca del propia artista esta apasionante historia, en torno a una pintura y la “siniestra” acción llevada a cabo por otro colega pintor, al que en su día cedió su casa, su estudio, sus valiosas pinturas y hasta su propia obra, según ahora concluye, en su relato, nuestro artista.
            Per Lillieström recupera una de sus más queridas pinturas, y nosotros la recuperamos con él, al tiempo que conocemos la inquietante historia que le rodea. Los Realejos recupera a quien puede considera, sin duda alguna, como uno de sus más destacados pintores, y lo hace el año en el que Per celebra el ochenta aniversario de su enriquecedora existencia, después de que cincuenta y seis de ellos hayan transcurrido en Tenerife, y treinta y cuatro en Los Realejos. El azar, en fin, quiso, una vez más, contribuir a la apasionante biografía de Per Lillieström, de tal modo que en la casa en que ha establecido su residencia, y su  estudio, en el Realejo bajo, junto a la iglesia de la Concepción y de la Hacienda y finca del Adelantado, Per se ha encontrado con una gárgola de tea, en la que fue tallada una figura fantástica, que él está convencido se trata de una muestra de la influencia, y presencia, de antepasados nórdicos en la  misma isla, que él ha adoptado y hecho suya ahora.
            Para esta especial ocasión, Per Lillieström ha estado revisando buena parte de sus obras, reparándolas si era necesario el caso, hasta completar un grupo destacado, a modo de muestra antológica. Tendremos oportunidad de contemplar pinturas realizadas desde su llegada a Tenerife, a mediados de los años cincuenta. En la Casa de la Cultura de Los Realejos estarán algunas de sus obras de la serie Nalgas azules, la mujer con cesto de flores a la cabeza, que sorprendió a Per en sus primeros días en la isla, la tan comentada Tocador de balalaica, el testimonio del Terremoto de Argel, paisajes del Teide y de los riscos y costa de Tigaiga, su propio autorretrato, y sobre todo el retrato de quien no le ha fallado nunca y siempre ha estado junto a él, su musa, Elizabeth, a la que ha querido homenajear, incluyendo su reproducción en la portada del Catálogo.


Estudio de Per Lillieström, en Los Realejos

Estudio de Per Lillieström, en Los Realejos

4 comentarios:

  1. Buenos Días.

    Ud es familia de Andres Hernández Padrón.

    María Rosa Salvatori Dellán.

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    1. Gracias, ante todo, por visitar el Blog y realizar además un Comentario.
      Le invito además a que se incorpore al Blog, como Miembro del mismo, si lo estima oportuno.
      Gracias.
      En respuesta a su pregunta, en concreto, no soy familia de Andrés Hernández Padrón.
      Si le sirve como referencia, llevo en la actualidad la responsabilidad de las exposiciones en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias y de la dirección del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl, ambos en la ciudad de Puerto de la Cruz.
      Reciba un cordial saludo
      Celestino Celso Hernández

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  2. Buenas noches,
    me ha gustado su texto para la exposición de Per Lillieström.
    La visité recientemente y me ha resultado inspiradora, he publicado un breve articulo en mi web. saludos
    http://www.facebook.com/lucianopadilla.arte
    http://www.lucianopadilla-arte.net/noticias/

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    1. Agradezco su comentario, tanto por lo que a mi trabajo afecta, en particular, como por lo que se refiere a la obra de Per Lillieström, a quien daré conocimiento también de su aportación. Encantado de seguir contando con usted como seguidor o lector de mi Blog. Saludos.

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