Exposición de la maqueta en el Tagoror de Estudiantes |
Lugares arqueológicos de Güímar y Candelaria: Cueva de Chinguaro.
Tres puntos que forman el triángulo territorial que en su conjunto constituye un territorio místico: Chimisay, en la actualidad Playa del Socorro; Chinguaro, hoy en día Las Cruces; y Achbinico, identificado en el presente como Cueva de San Blas, que era el lugar en el que los guanches celebraban las fiestas de plantación y recogida de la cosecha, situaciones que coinciden con los meses de febrero y de agosto.
Este trabajo con el alumnado de los ciclos formativos de Modelismo y Maquetismo, Ilustración, Fotografía e Historia del Arte de la Escuela de Arte Fernando Estévez (Tenerife) fue coordinado por los profesores Celestino Celso Hernández y Gabriel Pérez Ortega. El texto fue publicado en Educación Patrimonial. Propuestas creativas desde el espacio educativo 03/04. Coordinado por Sanjo Fuentes Luis. Editado en el año 2007 por la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.
I. Introducción
El objeto de nuestra investigación se sitúa en la parte baja de casco urbano de Güímar, conocida como Las Cruces, donde se localiza la Cueva de Chinguaro, situada en el Barranco de Chinguaro, hábitat de los Menceyes de Güímar (Tenerife) en la época prehispánica. Lugar al que los guanches trasladaron la imagen de la Virgen, entonces llamada la extranjera, donde permaneció más de medio siglo, y que sería definitivamente conocida como de Candelaria, tras su hallazgo en Chimisay, en lo que hoy es la Playa del Socorro.
Para llevar a cabo el proyecto se actuó en varios frentes o parcelas académicas: el aspecto documental, la orientación plástica, la cobertura fotográfica y audiovisual, y la representación tridimensional.
El estudio patrimonial de Chinguaro, elaborado por la Escuela de Arte Fernando Estévez, consta de una maqueta realizada por los/as alumnos/as de la especialidad de Maquetismo, unas ilustraciones creadas por los/as alumnos/as de Ciclo de Ilustración bajo la tutela del profesor Javier Eloy Campos, un reportaje fotográfico y video montado por alumnos/as de primero de Fotografía dirigidos por la profesora Concetta Rizza, y una investigación de carácter histórico coordinada desde el Departamento de Historia del Arte.
II. Objetivos y valores educativos del Programa y la propuesta creativa
El objetivo de los estudios patrimoniales es trabajar con los/as alumnos/as para conocer, valorar y divulgar el legado histórico, religioso, geográfico, cultural y etnográfico en el que se desenvuelven sus vidas y sus estudios. Se pretende que no se pierda su sentido y su conocimiento, al tiempo que darle una visión actual e incluso una utilidad.
Para conseguir el objetivo del estudio, de la investigación y la divulgación del patrimonio, se necesita la elaboración de un material didáctico, adaptado a la etapa de la educación reglada correspondiente.
Nuestra intención ha sido la de trabajar sobre los tres puntos que forman el triángulo territorial que en su conjunto constituye un territorio místico como este, a saber: Chimisay, en la actualidad Playa del Socorro; Chinguaro, conocido hoy en día como Las Cruces; y Achbinico, identificado en el presente como Cueva de San Blas, que era el lugar en el que los guanches celebraban las fiestas de plantación y recogida de la cosecha, situaciones que coinciden con los meses de febrero y de agosto. Los dos lugares citados en primer lugar pertenecen a la demarcación de Güímar, mientras que el tercero, al que los guanches llevaron definitivamente la imagen para ser venerada, está en el término municipal de Candelaria.
Según el arqueólogo Luis Diego Cuscoy, la isla de Tenerife en el momento de la llegada de los conquistadores españoles estaba dividida en nueve menceyatos o reinos. Los menceyatos del sur de la isla -Güímar, Abona y Adeje- fueron conocidos como de paces, tras haber pactado con los castellanos. Con el fin de la conquista de Tenerife, en el año 1.496, quedó al mismo tiempo conquistada también toda Canarias, conocidas en la Antigüedad con los nombres de Hespérides, Campos Elíseos y, en la época romana, con el de Afortunadas.
De los tres lugares mencionados con anterioridad, nos centramos en uno de ellos, la Cueva de Chinguaro, residencia de los antiguos menceyes de Güímar durante la época prehispánica.
Entre las alternativas que consideramos aplicables a la Cueva de Chinguaro, y con ellas al entorno de la zona güimarera de Las Cruces, está en primer lugar el proceder a la restauración de este lugar arqueológico en la línea de actuación que se determine por los expertos en el tema. Es de reseñar el perjuicio que han causado en esta zona las acciones humanas, entre las que sobresale por su efecto negativo la de haberla convertido en un terraplén, con rellenos en toda la vaguada, en el que se localiza el yacimiento arqueólogico. Una vez retirado el material de relleno es cuando ha vuelto a estar visible y visitable el territorio de la antigua residencia guanche.
Los terrenos en los que se encuentra el lugar arqueólogico objeto de nuestro estudio es propiedad del Obispado de la Diócesis Nivariense. Sin embargo, es el Cabildo de Tenerife el que ha promovido su restauración y ha dispuesto su financiación. Expertos de ambas instituciones, sobre todo arqueólogos, a pesar de mantener posiciones contrarias, se han puesto de acuerdo sobre la mejor restauración aplicable al presente caso.
A partir de ese primer paso restaurador, se establecería un plan de actuación que comprende tres fases:
1. Señalización del lugar como de interés arqueológico e histórico, regularizando las visitas al mismo, y habilitando en las cercanías los espacios necesarios para aparcamientos de vehículos y para la instalación de un punto de información.
2. Regularización del contenido religioso asociado a la Cueva de Chinguaro, disponiendo la obra que se acuerde ejecutar para dar continuidad a esta aspecto relacionado con el lugar una vez alcanzados los acuerdos oportunos entre los arqueólogos, la administración eclesiástica (propietaria del lugar) y la administración civil, promotora de las obras de restauración y rehabilitación.
3. Vinculación de la Cueva de Chinguaro con la ruta que recorre el que hemos denominado territorio místico, es decir, la Playa del Socorro en Güímar y la Cueva de San Blas en Candelaria. Se establecería, por tanto, un plan de actuación a través del cual se propondría un nuevo acceso y rutas para los que practican senderismo y, en particular, para todas aquellas personas que hacen el camino por promesa.
Esta propuesta de actuación puede ser extensible a otros elementos del patrimonio, como por ejemplo la Basílica del Socorro y la Basílica de Candelaria. En dichas construcciones existe un importante repertorio de objetos de culto, joyas y, sobre todo, de imágenes religiosas de la Virgen del Socorro y de la Candelaria que permitirían que iniciativas de este tipo pudieran ser desarrolladas desde el Ciclo Formativo de Escultura y, así, acercar desde esta disciplina el importante patrimonio mueble de Canarias al conjunto de la sociedad.
III. Metodología y estrategia de trabajo
La Cueva de Chinguaro, en el lugar actual de Las Cruces (Güímar), se encuentra en una situación sostenida, con cierto abandono, aunque al menos aparentemente no presenta desperfectos o carencias llamativas o graves. El lugar ha sufrido a lo largo del tiempo diversas transformaciones, algunas de ellas fruto del paso del tiempo y de la acción de los agentes atmosféricos. La Cueva de Chinguaro, en donde se une la historia de Tenerife con la cultura religiosa prehispánica, ya ha sido liberada de los escombros que la ocultaban. La ermita que se construyó encima de la cueva para recordar que en ese lugar estuvo la imagen de la Virgen, fue destruida en el año 1.986. Los cronistas Espinosa y Abreu Galindo recogen que antes de la conquista de Tenerife, habitantes de islas llamadas "menores" conocían que había una imagen de una Virgen que había aparecido en sus playas, y que llamaban extranjera. Aproximadamente medio siglo después de este hallazgo, en la tradición escrita queda constatada la llegada a las costas de Güímar del joven Antón, que había sido hecho cautivo unos años antes por los castellanos.
El proyecto de restauración de la ermita, que está encima de la Cueva, incluye una actuación en el espacio circundante para uso social. La ermita, dedicada a la advocación de la Virgen, está hoy derruida, aunque se conservan sus cimientos y muestras de su existencia. En torno a la posibilidad de recuperarla o no, se ha generado una amplia polémica entre los que la consideran un añadido extraño, y que por tanto no debiera ser recuperada, y aquellos que por el contrario la consideran directamente vinculada con el ugar, y por lo tanto debería ser restituida.
En la Playa del Socorro una cruz conmemora el lugar de aparición de la Virgen. El pozo, al que acudían para abrevar al ganado, se sigue conservando, aunque bastante deteriorado. En el camino por el que se iba a la Cueva de Chinguaro, el lugar en el que dice la tradición que el Mencey pidió socorro, se construyó una ermita bajo la advocación del Socorro. Siguiendo la tradición oral, hacia el año 1.390 ó 1.391, en tiempos del Mencey Acaymo, dos pastores del reino de Güímar llevaron su rebaño a abrevar al pozo situado en la Playa de Chimisay, cuando de pronto se tropezaron con una mujer que les impedía el paso. Como quiera que en la cultura guanche estaba prohibido hablar con una mujer si ésta se encontraba sola, intentaron alejarla mediante gritos y arrojándole piedras. Como no lo conseguían, fueron a avisar al Mencey Acaymo, y este acudió al lugar con sus nobles. Al ver la belleza de la imagen decidió llevarla a su vivienda para venerarla, cargando con ella él y sus nobles, pero al pesarle demasiado la imagen pidió ayuda o socorro. Este es el motivo por el que se levantó una ermita en ese lugar, actual Ermita del Socorro.
En Candelaria se sigue conservando la Cueva de Achbinico, actual Cueva de San Blas. Fue el joven Antón de Güímar el que, al ver la imagen que era venerada en la Cueva de Chinguaro, explicó que se trataba de la Virgen María, convenciendo al Mencey para que fuese venerada en un sitio más acorde con su significado. El propio Antón fue encargado de su custodia hasta su muerte. Al tomar posesión de Tenerife, Diego de Herrera, el 21 de junio de 1.464, supo de la existencia de la imagen, y al pensar que no debía estar entre gentiles la robó y la llevó a la isla de Lanzarote. Una serie de sucesos adversos le convencieron para restituirla a los guanches de Tenerife, motivo que le valió un acuerdo de paces con permiso para comerciar y establecer un torreón en Añaza.
La actual Basílica, centro religioso de la isla de Tenerife que alberga la imagen de la Virgen de Candelaria, Patrona General de Canarias, es un edificio del siglo XX. La imagen que alberga en la actualidad en su interior es obra del escultor Fernando Estévez, que no se conformó con realizar una copia de la original que se había perdido, sino que optó por darle un sello propio, con un colorido más moreno.
Nosotros hemos realizado el proyecto sin sujeción estricta a ningún planteamiento de restauración concreto, y en todo caso sí siguiendo nuestro propio criterio, sin que tal cuestión represente posicionamiento alguno en el debate que se genere. Fruto del trabajo realizado surgen las alternativas o propuestas de futuro, en el presente caso para la Cueva de Chinguaro.
IV. Características del soporte de la propuesta creativa
Respecto al proceso de realización del soporte en el que se presentó la propuesta, una amplia maqueta de la cueva y del entorno del Barranco de Chinguaro, así como su desarrollo y fases de realización, el profesor Gabriel Pérez Otega preparó y organizó a las alumnas del segundo curso del Ciclo Formativo de Modelismo y Maquetismo Jennifer Cabrera González, Beatriz Hurtado Castilla, Alexandra Trudie McKena y María Desirée Reyes Suárez.
De cara a tener un conocimiento más preciso de la zona a intervenir, se realizó una primera visita al lugar. En dicha visita se determinó qué zonas eran las más interesantes para que se reflejaran en la maqueta, y qué ámbito geográfico debería abarcar. Esta primera visita sirvió, además, como preparación para la que se realizó posteriormente con los/as alumnos/as, aprovechando la misma para obtener fotos que sirvieran de guía preliminar.
En la segunda visita a la zona se levantó un croquis y se realizaron mediciones taquimétricas. Como complemento, como ya se adelantó, se llevó a cabo un reportaje fotográfico.
El trabajo en el taller se realizó según el siguiente proceso:
1. Una primera fase en la que se determinó el posterior replanteo.
2. Mediante plantillas de las curvas de nivel se fue dando forma al conjunto, así como determinando las características físicas del objeto a representar.
3. Como material de base se utilizaron planchas, sobre las que se trabajó con cuchillas y lijadoras eléctricas.
4. Una vez conseguida la estructura general, se procedió a dar las texturas y acabados necesarios mediante procedimientos pintóricos y diversos materiales para conseguir una reproducción lo más fiel posible a la realidad.
5. Para la representación final se añadieron elementos de representación vegetal y texturas de agua.
Los/as alumnos/as que realizaron la maqueta manifiestan que su intención con este trabajo ha sido la de representar el lugar en el que vivían sus antepasados, y en qué condiciones lo hacían. Con su exposición se plantean que sea conocido un patrimonio tan importante como este, y que se corrija el lamentable estado en el que se encuentra, tanto por lo que se refiere a las cuevas como a su entorno.
Bibliografía
ABREU GALINDO, Juan de. Historia de la conquista de las siete Islas de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones, 1977.
ESPINOSA, Fray Alonso de. Historia de Nuestra Señora de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones, 1980.
Detalle de la maqueta |
DIEGO CUSCOY, Luis. Los Guanches (Vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife). [s.I.]: Publicaciones del Museo Arqueológico de Tenerife, 1968.
RODRÍGUEZ MOURE, José. Nuestra Señora de Candelaria. 2ª edición. [s.I.]: Cabildo de Tenerife/ Ayuntamiento de Candelaria, 1991.
Sábado, 21 de Agosto de 2010
Escuela de Arte Fernando Estévez
Publicado en el número 327
Escuela de Arte Fernando Estévez
Publicado en el número 327
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