sábado, 19 de noviembre de 2011
Alfonso García. Viajes
Alfonso García: Viajes calados sobre acero cortén
Celestino Celso Hernández
La disposición al viaje es una acción que la mayoría de los seres humanos traen grabada en sus genes. Es así en parte como se explica ese empeño, desde los primeros pobladores, de trasladarse de un lugar a otro, para descubrir nuevos territorios, y no pararse nunca sólo en un punto determinado. Esas ansias nos han
permitido al mismo tiempo ampliar nuestros conocimientos, contrastar las vivencias con las de otras sociedades, compartir experiencias, intercambiar saberes y descubrimientos.
Ulises fue nuestro primer gran protagonista de los viajes, pues convertidos en mitología, han superado el largo paso del tiempo en el que el poeta Homero los situó, a finales del siglo VII a.C. Ulises 'Ὀδυσσεὺς en griego, Ulysses en latín', Rey de Ítaca, esposo de Penélope y padre de Telémaco, aparece en la Ilíada y se convierte en protagonista en la Odisea. Recorrió el mundo conocido de entonces, hasta lugares remotos y temidos, llegándose a pensar que jamás retornaría. Hizo frente a múltiples retos inimaginables, frente a los que encontró ayuda de los dioses y de sus semejantes, con el recuerdo siempre puesto en la isla jónica de la que era originario.
Los viajes no sólo nos valen para conocer otros mundos diferentes al nuestro, ciudades y sus gentes, de las que a menudo se toma nota en un cuaderno de viaje, o en una sencilla postal que se remite a familiares y amigos, como testimonio de nuestra estancia en ellas. Los viajes son una excelente oportunidad también para conocernos mejor, para encontrarnos a nosotros mismos, en ocasiones también a las personas que deseamos estén a nuestro lado. Se produce pues un viaje al interior de cada uno, al tiempo que realizamos un viaje a otros lugares diferentes del que habitamos regularmente. En este caso, el viaje físico puede resultar una excusa para el viaje emocional, que es el que realmente nos importa, aunque no dejemos anotadas sus
estaciones, sino las ciudades en donde tuvieron lugar nuestros reencuentros.
Alfonso García nos sorprende con una nueva serie, Viajes, realizada en éste año 2008, continuidad por otra parte de su ininterrumpida producción escultórica. En esta ocasión ha escogido largos paneles en acero cortén, que se irán oscureciendo al paso de la oxidación, sobre los que ha horadado decenas de nombres de ciudades, seguidas de dos dígitos, que corresponden a sus viajes por esos lugares y el año en que los realizó –son viajes que Alfonso ha hecho en los últimos ocho años, si bien, como él mismo precisa, lo que importa son los viajes interiores'. Estos cuadros metálicos o relieves escultóricos los presenta el artista en solitario, o bien agrupados en dos y tres niveles, cual tablillas de escrituras antiguas, como la cuneiforme de los sumerios, leídas de forma continua y también de modo independiente cada una. Es como si Alfonso hubiese adoptado la labor del calado, de profundo arraigo entre la población femenina canaria, sobre todo en el pasado, sustituyendo los paños por planchas de metal. Acompañan en la superficie de estas cajas metálicas, sujetas a la pared, a modo de un cuadro, algunas formas recortadas o realizadas, que proceden de su serie anterior, Volátiles, del año 2007, que presentó en su última muestra individual, en Los Realejos.
Alfonso se une al uso de composiciones seriadas, que ha sido del agrado de diferentes artistas en distintas épocas, caso del diseñador Bruno Munari y diseños suyos como el realizado para la XXXII Biennale internazionale d’arte Venezia, o el artista del arte Póvera italiano Alighiero Boetti, y sus famosas composiciones con letras mayúsculas cosidas y pintadas, como Talvolta Luna/Talvolta Sole, y más
cercana en el tiempo Rebecca Horn con trabajos como Timeframes.
http://alfonsogarcia.org/bibliografia-ViajesCaladosAceroCorten.pdf
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