Explorando
La naturaleza, devoción pictórica de Alejandro Tosco
Celestino Celso Hernández
Profesor titular de Historia del
Arte en la Escuela de Arte Fernando Estévez y Director de la Fundación Cristino
de Vera,
En una tierra en la que la naturaleza tiene tanto que
ofrecer difícil sería que no fuese aprovechada por los creadores, que en ella
han nacido o en ella tienen su residencia y su trabajo. Así ha sucedido en el
caso de los artistas plásticos de estas islas, a lo largo del pasado siglo
veinte, e incluso en parte del anterior siglo diecinueve, aprovechando de algún
modo las puertas que los impresionistas franceses habían abierto en ese último
siglo, trasladando sus caballetes a la propia naturaleza, y recogiendo en vivo
las múltiples variaciones que les ofrecían la cambiante luz del sol, junto con
las sombras que aportaba el paso de las nubes. A partir de entonces, los
artistas, también los nuestros, han continuado con su acercamiento a la
naturaleza y el estudio de la misma, desde múltiples perspectivas y planteamientos.
A nosotros nos agrada remontarnos hasta los paisajistas
ingleses del siglo diecinueve, ya que pocos o ninguno mejor que ellos han
prestado su mirada a la naturaleza, para legarnos creaciones pictóricas
inolvidables. Cómo no recordar, hablando de este tema, la figura estelar de
William Turner, y no tener presente en nuestra memoria sus estudios innovadores
de la atmósfera, de los efectos del humo ennegrecido de un vapor sobre el fondo
azul y blanquecino del cielo. Y cómo no recordar, entre los impresionistas
franceses, las profundas indagaciones del final de su carrera, que realizó
Claude Monet, tomando como objeto de estudio unos sencillos estanques y los
delicados nenúfares, que flotaban sobre las mansas aguas. Muchas veces se suele
oír el comentario de que después de lo realizado por estos maestros, qué más se
puede hacer. Sin embargo, el espíritu inquieto de tantos artistas nos muestra,
una y otra vez, que siempre hay algo nuevo que hacer, e incluso que aportar,
también en nuestro propio ámbito territorial de Canarias. Alejandro Tosco, el
protagonista en la presente ocasión, nos ayuda con sus declaraciones a situar
lo que venimos comentando sobre el paisaje, y sobre quiénes le han prestado su
atención en el arte canario. Habla Alejandro de su interés por el paisaje en
general y no sólo el canario, y habla también de la inevitable influencia que
ejerce el paisaje que habita, y de lo
que le aportan algunos de sus paisanos artistas más destacados: “Influye
bastante el entorno marino y natural y, por supuesto, nuestros grandes pintores
que también tenían referencias a la naturaleza y al paisaje como César
Manrique, Manolo Millares o Juan Ismael”.
Entre nosotros cómo podríamos dejar en el tintero a César
Manrique, que hizo de su estudio del paisaje de las islas, particularmente de
su propia isla de Lanzarote, no sólo motivo destacado de muchas de sus
composiciones, sino que incluso se identificó con el territorio, de tal modo
que en la defensa de la naturaleza fue un adelantado. Se vanagloriaba incluso
de haber sido el primero que utilizó, en estas islas, el término ecología.
César defendía la naturaleza, pero sin olvidar en ningún momento su condición
de artista, de creador plástico y también medioambiental, y por tanto una
persona que intervenía en el paisaje
Mientras tanto, los creadores plásticos de Canarias han
seguido acercándose a la naturaleza, confirmando también la máxima de que cada
vez que una nueva mirada se detenga ante cualquier detalle, habrá oportunidad
de que tengamos un nuevo resultado, una nueva obra. Es el caso de Alejandro
Tosco (Santa Cruz de Tenerife, 1974) quien, para no dejar duda alguna al
respecto, ha confesado públicamente su interés, su pasión por la naturaleza, y
su apuesta decidida y defensa de la misma. Tosco ha afirmado que “para mí, arte
y naturaleza son lo mismo”. Como muestra de este posicionamiento está la
exposición de Alejandro, este mismo año 2009, titulada Paisajes, y mostrada en
el exconvento de Santo Domingo de La Laguna, y también la exposición que tituló
Materia viva, y mostró en la sala del Corte Inglés, en la que el tema
protagonista correspondió a uno de nuestros moluscos marinos más apreciados y
degustados, la lapa. El pintor aclara que dedicó su exposición “a las cuatro
especies de lapas que tenemos en Canarias, que están en peligro de extinción,
sobre todo la lapa majorera”.
La tradición artística a Alejandro Tosco le viene de dentro,
del propio seno familiar, y es bueno recordarlo, pues no todos los días se
tienen los antecedentes familiares que él puede mostrar, entre los que se
incluyen Álvaro Fariña y Oscar Domínguez, además de su propia madre. Nos llama
también la atención que, antes de que Alejandro optara por dedicarse a las
artes plásticas, había elegido los estudios de náutica, emparentándole también,
en este aspecto curricular, con otro de los grandes artistas canarios
contemporáneos, Cristino de Vera, quien tuvo antes la vocación de marino que la
de pintor.
Coincido, en fin, con algunos comentarios que se han
dedicado a Alejandro Tosco, como los que han señalado “su personal mirada de
los paisajes insulares”, “caracterizadas por un enfoque aéreo, una visión a
vuelo de pájaro en que exprime variedad de técnicas y texturas, la fuerza del
color, su pasión por el volumen y la crítica irónica, a nivel conceptual, hacia
una sociedad como la canaria”. Alejandro nos aclara que se asiste de múltiples
materias para sus composiciones, como el óleo, el acrílico, la acuarela, así
como el recurso de la técnica mixta y el collage. No coincido, sin embargo, cuando
se afirma que los cielos imaginarios, las panorámicas de salinas, de volcanes y
de malpaíses se deban traducir plásticamente como obra abstracta. Más bien
considero que Alejandro Tosco, en la línea de las intensas miradas llevadas a
cabo por varios de los grandes artistas, como los citados en este mismo texto,
va más allá en la manera en cómo mira el paisaje, se acerca más adentro de la
naturaleza, se fija en los detalles que suelen pasarnos desapercibidos. No
olvidemos que la naturaleza que podamos contemplar, en un momento dado a través
de un microscopio, por hacer una referencia de una toma de muy primer plano,
también corresponde a la realidad, está ahí tal y como la vemos, sólo que
aumentada, y habitualmente ajena a nuestra mirada.
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